Nuestros Centros y Clínicas Casaverde están llenos de profesionales increíbles. Hoy tenemos el placer de conocer «De cerca» a María del Mar Fernández, Logopeda de la Clínica Ambulatoria Casaverde Cáceres y descubrir su brillante labor diaria.
¿Por qué elegiste logopedia como profesión?
Desde siempre había querido estudiar algo que me permitiera “trabajar con personas” para que las personas pudieran “vivir mejor”. Elegí logopedia porque la comunicación va a la base de toda relación y estar con otros siempre nos hace sentir bien. Cuando empecé a formarme conocí el modelo de calidad de vida y comprendí que eso es lo que me movía y que hay mucha teoría que guía la práctica y ayuda a trabajar sobre ello. Además, descubrí que la logopedia es mucho más amplia y que no solo trabajamos sobre la comunicación, el lenguaje y el habla, sino también sobre la deglución. Y, teniendo en cuenta que somos una sociedad en la que la inmensa mayoría de actos sociales los hacemos en torno a una mesa y a beber y comer, aún me gustó más la decisión que tomé. Otro aspecto que me llevó a elegirla fue la idea de poder trabajar con personas de todas las edades y poder disfrutar de acompañarlas en sus necesidades con lo dispares que son según la etapa de la vida en la que se encuentren.
Trabajas en la línea Neuro de Casaverde ¿En qué consiste tu trabajo?
Las funciones del trabajo que realizo son variadas. Incluyen la realización de la entrevista inicial a personas y/o familiares de personas que necesitan tratamiento de logopedia y quieren venir a la clínica; la valoración concreta de la persona; el diseño del plan de tratamiento con sus objetivos; llevar a cabo el tratamiento; coordinarme con otros profesionales que trabajan con esa persona y su familia, tanto del equipo de la propia clínica como de fuera de ella, y la elaboración de informes.
Una parte esencial de tu trabajo se enfoca al tratamiento logopédico con niños ¿en qué aspectos se benefician los niños del tratamiento desde logopedia?
Como dices, una parte del trabajo que realizamos desde logopedia sí que se enfoca al tratamiento con población infantil, pero realmente no es la mayor parte del trabajo que se realiza. Tradicionalmente la disciplina se ha asociado al trabajo con población infantil, pero poco a poco va cambiando. Por suerte es una disciplina muy completa que puede dar servicio a las personas a lo largo de toda su vida, por lo que atendemos tanto a niños como a adultos y les acompañamos en las necesidades que aparecen en los distintos momentos vitales.
Si hablamos de los niños y niñas que acuden a tratamiento, en general, el trabajo les ayuda a mejorar su comunicación, lenguaje y habla, así como la deglución y el resto de áreas de desarrollo, ya que se trabajan siempre de forma transversal. Un niño está en continuo desarrollo y es un todo, no podemos separar el desarrollo motor del desarrollo del lenguaje ya que van de la mano. En las sesiones de logopedia intentamos que vengan a jugar y que sientan este espacio como suyo para enfocar el tratamiento de manera que las actividades, pese a ser dirigidas y tener siempre un objetivo detrás, sean divertidas y, de algún modo, acordadas entre ambos. Así su motivación y adherencia al tratamiento aumentan. La familia es siempre un pilar y procuramos que la comunicación con ella sea fluida para que la transferencia a otros contextos y la generalización de lo trabajado en sesión, pueda llevarse a cabo. La familia es fundamental en el tratamiento. También intentamos que la comunicación con la escuela y el resto de profesionales que trabajan con el niño o la niña sea fluida.
¿Qué es lo que más te gusta del trabajo que desempeñas en la Clínica Casaverde Cáceres?
Estoy aquí desde que abrimos en 2021 y lo que más me gusta es trabajar con personas y que cada una suponga un nuevo reto. Poder conocer a la persona, a su familia, saber qué esperan del tratamiento, ajustarme a sus necesidades en el día a día, orientar todo según nuestro criterio profesional… Es algo que me gusta mucho.
Cuéntanos un caso que haya supuesto un reto personal
Para mí los mayores retos profesionales suelen estar cuando la persona tiene un nivel de afectación tan grande que hasta la compensación de los déficits, para lograr la funcionalidad, son muy difíciles. Generalmente con la rehabilitación buscamos superar dificultades para buscar la funcionalidad en el día a día y, cuando trabajamos para hacerlo, que la persona lo intenta y la familia se implica, pero no terminamos de conseguirlo, en estas situaciones se hace duro, se siente impotencia.
¿Cuál es la aportación personal o profesional que te gustaría quedase plasmada en tu trabajo como logopeda de Casaverde? La humanidad y la profesionalidad. Por un lado, me gustaría que las personas que vienen a recibir tratamiento conmigo y sus familias sintieran cariño y que no están solas ante las dificultades que presentan y, por otro, que el tratamiento que reciben es de calidad y que la persona que dirige su intervención está implicada y es alguien en quien se puede confiar para que lo haga. También me gustaría que las personas que vienen a recibir tratamiento lo vieran como un espacio en el que trabajamos, pero donde también nos divertimos y disfrutamos.
