Alberto Giménez, Director general de Grupo Casaverde ha concedido una entrevista al medio isanidad en el que se aborda toda la actualidad sobre el abordaje multidisciplinar para la rehabilitación del paciente tras el ictus.
Cuando una persona supera un ictus puede hacerlo sin secuelas o con consecuencias tanto a nivel físico como cognitivo. En este segundo caso, llevar a cabo un proceso de neurorrehabilitación que atienda a los problemas asociados a cada paciente, será clave de cara al futuro de los pacientes. Aquí, los centros que brindan este tipo de asistencia a los pacientes juegan un papel muy importante en este proceso. Alberto Giménez Ramón-Borja, director general de Grupo Casaverde, en el que se ofrece este tipo de atención explica cómo se aborda el manejo de estos paciente y los retos pendientes.
Más de la mitad de casos de personas que sobreviven a un ictus requiere rehabilitación. ¿En qué consiste este proceso y cómo se lleva a cabo?
El ictus ocasiona en las personas que lo sobreviven déficits funcionales que afectan a la marcha, a movimientos físicos, a la deglución, a la memoria, trastornos de conducta y emocionales, dependiendo de la zona del cerebro dañada. Estos déficits son recuperables si sometemos a los pacientes a procesos rehabilitadores tempranos e intensivos con equipos multidisciplinares de profesionales.
En base a nuestros estudios cerca del 70% de los pacientes que ingresaban en nuestros centros con una dependencia grave o severa alcanzaban la independencia o cuidados mínimos en un periodo medio de ochenta días.
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