Miluska sufrió un ictus en el mes de agosto, un acontecimiento que marcó un antes y un después en su vida. Tras este episodio, fue ingresada en el Hospital Casaverde Extremadura, donde nuestro equipo de profesionales se volcó en su recuperación, trabajando intensamente para mejorar su autonomía en las actividades básicas de la vida diaria (ABVD). Gracias a los avances conseguidos, Miluska pudo pasar a un régimen de tratamiento ambulatorio, llegando el 23 de diciembre a nuestra Clínica Casaverde Ambulatoria Badajoz para continuar con su proceso de rehabilitación.
En esta nueva etapa, nuestro equipo realizó una valoración exhaustiva para establecer objetivos personalizados que impulsaran su recuperación. Desde el departamento de Terapia Ocupacional, nos propusimos mejorar su desempeño en las actividades instrumentales de la vida diaria (AIVD), con el objetivo de lograr la mayor autonomía posible.
Uno de los grandes retos de Miluska era volver a cocinar, una actividad cotidiana fundamental para ella y que deseaba recuperar cuanto antes. Para lograrlo, nos centramos en trabajar los diferentes componentes y habilidades necesarias para desempeñar esta tarea con seguridad y eficacia. Además, entrenamos el uso de productos de apoyo que facilitaran su autonomía en la cocina.
Gracias a su esfuerzo y al acompañamiento de nuestro equipo, Miluska alcanzó importantes progresos. Finalmente, pudimos dar un paso más: preparar juntos algunos platos típicos de su país, una experiencia que no solo simbolizó su avance funcional, sino también su crecimiento personal y emocional.
Su historia es un ejemplo de superación y demuestra que, con el apoyo adecuado y una actitud positiva, es posible recuperar la autonomía y la confianza tras un ictus. En Grupo Casaverde, nos sentimos orgullosos de acompañar a personas como Miluska en su camino hacia una vida más independiente.


