En los últimos años, el abordaje del ictus ha dado un salto cualitativo gracias a la combinación de avances científicos, innovación tecnológica y equipos multidisciplinares especializados. Así lo explica el Dr. Alejandro Acosta, neurólogo en el Hospital Casaverde Valladolid, quien destaca la importancia de actuar cuanto antes: “En ictus, el inicio tardío de la rehabilitación suele limitar la capacidad de recuperación de la persona”.
Una incidencia creciente
El ictus es una de las principales causas de discapacidad en adultos y su incidencia no deja de aumentar. ¿Qué hay detrás de este crecimiento? El Dr. Acosta identifica tres factores clave: el envejecimiento de la población, los cambios en el estilo de vida (dieta poco saludable, sedentarismo, estrés…) y una mayor capacidad de diagnóstico. “Contamos con herramientas más precisas y accesibles, y con una población más informada que consulta antes, lo que incrementa el número de diagnósticos”, afirma.
Tratamiento individualizado y centrado en la persona
Más de la mitad de los pacientes que sufren un ictus necesitan rehabilitación. El tratamiento, señala el Dr. Acosta, debe adaptarse a las necesidades de cada persona, teniendo en cuenta no solo los aspectos físicos, sino también los psicológicos y sociales. “El ictus supone una ruptura vital, y la recuperación exige una estrategia integral que devuelva al paciente su autonomía”.
Además, recalca la importancia de actuar desde el primer momento: “Las primeras semanas tras la lesión son clave porque el cerebro tiene una mayor capacidad de reorganización. Retrasar la rehabilitación puede dificultar la recuperación del lenguaje, la movilidad o las funciones cognitivas”.
Un abordaje multidisciplinar
En los hospitales y centros de rehabilitación neurológica del Grupo Casaverde, el tratamiento de los pacientes con ictus es siempre multidisciplinar. Neurólogos, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, logopedas y neuropsicólogos trabajan de forma coordinada para ofrecer una atención integral.
“Formar parte de un equipo interdisciplinar marca la diferencia, porque nos permite tener una visión más completa de cada caso y crecer como profesionales aprendiendo unos de otros”, destaca el Dr. Acosta.
Tecnología al servicio de la recuperación
La tecnología tiene un papel fundamental en este proceso. No solo permite medir y seguir la evolución del paciente con mayor precisión, sino que además convierte la rehabilitación en una experiencia más motivadora. “Dispositivos que gamifican el tratamiento generan un feedback inmediato y fomentan la adherencia. Esto se traduce en mejores resultados y mayor implicación del paciente”, señala.
En el Grupo Casaverde, la innovación está al servicio de la recuperación. La incorporación de nuevas herramientas tecnológicas permite ampliar los tratamientos disponibles y mejorar los pronósticos, siempre desde un enfoque centrado en la persona.
Humanización, ciencia y compromiso
Preguntado por el valor diferencial del Grupo Casaverde, el Dr. Acosta lo resume así: “Nuestra apuesta combina la humanización de los cuidados con una sólida base científica. Valoramos a la persona en su globalidad y aplicamos un método riguroso que se actualiza continuamente gracias al progreso médico y tecnológico”.
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