La comida es el motor vital de cualquier persona, la comida no solo nos alimenta, también es el centro de reuniones, de acercamientos y del bienestar del ser humano. Es por ello, que cocinar no es solo el acto de crear platos, es un arte que solo algunas personas consiguen dominar y expresar con el todo su cariño y dedicación.
Las manos que realizan esta maravillosa labor en el Hospital Casaverde Alicante son las de Pilar Cano, que lleva en esta gran familia desde hace tres años. Pilar junto al equipo de cocina alimentan a todos los pacientes del Hospital, realizando sus platos caseros a diario con toda su ilusión.
Por sus manos han pasado pacientes de diagnóstico muy grave que día a día Pilar ha visto mejorar y remontar. Así nos explica ella su gran labor:
Mi labor consiste en alimentar adecuadamente a nuestros pacientes. Para ello, preparamos cada día platos caseros con todo nuestro cariño.
En nuestros fogones elaboramos cientos de platos siguiendo las recetas establecidas, pero añadiendo a los ingredientes toda nuestra ilusión y esmero para que la recuperación de los usuarios sea lo más rápida posible.
En la cocina el ritmo es frenético, a primera hora de la mañana preparamos todo lo necesario para el servicio de desayuno, no podían faltar las tostadas calentitas “como en casa”. Después empezamos a preparar las comidas, la fruta triturada, los bizcochos caseros de la merienda, elaboramos el menú del día y las dietas terapéuticas, todo ello manteniendo los estándares de higiene y seguridad alimentaria de la compañía y garantizando los tiempos de servicio.
Me gusta mi trabajo porque puedo acompañar a los pacientes en esta difícil etapa, aportando mi granito de arena, dándoles la energía que necesitan a través de nuestras comidas. Algunos de los platos estrella de mi centro son las paellas de los sábados, las lentejas de toda la vida y la última incorporación, la pizza casera.
Mi trabajo no es únicamente cocinar, sino que me encargo de acompañar las elaboraciones hasta el momento más importante, el emplatado. Estar presente en el momento de las comidas es la forma de tener contacto con los usuarios del centro de manera cercana, ponerles cara y no solo nombre. Ver como comen con gusto los platos que has preparado con amor, ¡eso si merece la pena!
Me gusta cocinar, pero estar en el comedor y dejar los fogones un ratito es realmente gratificante, ver de primera mano la evolución de las personas que pasan por el centro, reafirma cada día más la importancia de mi trabajo.
Pilar Cano, cocinera del Hospital Casaverde Alicante
Porque después de padecer una situación complicada de salud, no hay nada más gratificante que un plato hecho con amor.