Julián es un niño que llegó a Clínica Casaverde Ambulatoria de Murcia tras haber superado un tumor cerebral en la zona frontal del cerebro. Aunque las últimas pruebas indican que está “limpio”, la intervención dejó importantes secuelas que afectaron su desarrollo físico, cognitivo y emocional.
Desde su llegada a la clínica, el trabajo con Julián ha sido intenso y multidisciplinar. En primer lugar, se ha abordado su conducta, ya que presentaba comportamientos muy disruptivos, e incluso autolesivos. Con el paso del tiempo y el trabajo terapéutico, Julián ha mostrado un cambio muy positivo: ahora es capaz de mantenerse sentado realizando una actividad, sin intentar levantarse continuamente o pedir volver a casa. También en el colegio y en el hogar ha mejorado notablemente: está más tranquilo y permite que puedan hacer más cosas con él.
A nivel físico, el equipo de fisioterapia trabaja con él el equilibrio, la marcha y la subida y bajada de escalones, así como la fuerza y la estabilidad corporal. En logopedia, se le acompaña en el reconocimiento de letras, el inicio de la lectura, la coordinación fonorespiratoria y una deglución más segura.
Por su parte, desde terapia ocupacional se estimulan las actividades básicas del día a día —como el lavado de dientes o de manos—, el uso funcional de las manos y las transferencias. En el área de neuropsicología, se refuerzan habilidades como el control inhibitorio, la atención, la memoria y el seguimiento de instrucciones.
Aunque aún queda camino por recorrer, el avance de Julián es asombroso. Su evolución es un claro ejemplo de cómo el esfuerzo conjunto de un equipo especializado y la constancia de las familias pueden cambiar una vida. Su historia es una inspiración para todos los que formamos parte de Casaverde.