Tras un daño cerebral es necesario determinar qué objetivos se van a trabajar y cuál es nuestro punto de partida. En este caso, la reserva cognitiva juega un papel primordial para el abordaje terapéutico.
En términos generales, la Reserva cognitiva (RC) se entiende como la capacidad que posee el cerebro para soportar mayor cantidad de daño. La reserva cognitiva sería ese colchón que hemos instalado en nuestro cerebro a lo largo de nuestra vida para protegerlo al máximo de una posible caída. Continuando con la metáfora, esos “colchones” van adquiriendo cualidades a lo largo de nuestra vida, unos son más grandes, otros más finos, otros soportan mejor el peso, etc. El nivel de escolaridad, el grado de interacción social e incluso el ejercicio físico son algunos de los factores que más se relacionan con una mayor reserva cognitiva, por ello también es tan importante hacer hincapié en el trabajo activo durante la fase preventiva del daño cerebral.
En Neuropsicología podemos determinar la Reserva Cognitiva mediante diversas pruebas y datos personales. Por todo ello, es tan importante como necesario el trabajo constante con nuestros pacientes, tanto en consulta como en su domicilio.
¿Cuánta Reserva Cognitiva crees que tienes tú?